¿En qué se centra nuestro foco?
Una dieta sana que se adecúe al paciente para que ésta tenga continuidad, podrá evitar las complicaciones derivadas de las enfermedades metabólicas.
Obesidad, colesterol, triglicéridos, diabetes, ácido úrico, asi como las complicaciones cardiovasculares como hipertensión, insuficiencia cardiaca, arritmias, cardiopatia isquémica o angina de pecho, o las complicaciones respiratorias como el síndrome de apnea obstructiva del sueño, o las alteraciones de la función hepática derivadas de un hígado graso.
También mejorará el estado digestivo en casos de reflujo gástrico, malas digestiones, estreñimiento, colon irritable… Algunos tipos de cánceres están muy relacionados con el tipo de dieta. Con una dieta sana se introducen muchos micro nutrientes que nos protegen del cáncer. Todas estas patologías necesitan el mismo tipo de dieta, sin tener que excluir ningún alimento.
Obesidad
La obesidad no se puede considerar como un problema de estética, es un problema de salud caracterizado por un aumento de peso debido aun cúmulo excesivo de la grasa corporal.
Por ello es muy valioso conocer la composición corporal en la que se contempla el porcentaje de grasa del paciente, y no solo valorar el peso.
Se trata de una enfermedad crónica responsable de otras patologías, que son las que nos hacen enfermar y morir en esta sociedad: diabetes tipo 2, aumento de colesterol y triglicéridos, hipertensión arterial, artrosis, enfermedades cardiacas, complicaciones respiratorias, alteraciones hepáticase incluso algunos tipos de canceres.
A esto hay que añadir la baja autoestima, depresión, falta de ilusión, descontento de la propia imagen… que origina el hecho de sentirse excluidos socialmente o de no gustarse a sí mismos.
Hipertensión
Es importante saber la composición corporal del paciente antes de elaborar una dieta.
El peso es un parámetro que se queda “cojo”, ya que más importante es conocer cuál es el porcentaje de grasa corporal, para evaluar si un paciente está en condiciones normales o bien debe someterse a una dieta de adelgazamiento, o por el contrario se le aconseja cambiar su dieta para mejorar su estado nutricional.
También se valora en el transcurso del tratamiento la ganancia o pérdida de masa muscular para evaluar si el plan dietético es el adecuado.
Valoración perímetro cintura: Es tan importante conocer la cantidad de grasa como su localización.
Colesterol
Una dieta equilibrada que reduzca el aporte de grasas saturadas y colesterol con una importante presencia de fibra permitirá regular los niveles de colesterol en muchas ocasiones.
Triglicéridos
Una dieta adecuada que equilibre el aporte de grasas y azucares con una importante presencia de fibra ayudará a regular los niveles de triglicéridos.
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Diabetes
La dieta del diabético no se diferencia de la dieta de una persona normal.
En el caso de sobrepeso, una bajada de peso, contribuye en gran medida al control de los niveles de azúcar en sangre.
La dieta del diabético se acompañará de una actividad física regular, de intensidad moderada pero constante, ya que el ejercicio físico contribuye de gran manera a regular los niveles de azúcar en sangre.
Cáncer
Cada vez se relaciona más el tipo de dieta que lleva un paciente y la predisposición de padecer algunos tipos de cáncer.
Así, se demuestra que en muchas ocasiones, el cáncer no es un destino, podemos actuar con la dieta y el estilo de vida para prevenirlo, incluso con genes insidiosos que nos predisponen a tenerlo.
El enfermo de cáncer necesita un asesoramiento nutricional para mantener un óptimo estado nutricional en situaciones adversas y para mejorar los resultados del tratamiento.
Acido Úrico
Evitar la ingesta excesiva e cualquier tipo de carne, pescado ó aves de corral, pues todas ellas contienen cantidades moderadas de purina.
Dentro una dieta variada y equilibrada regula en la mayoría de los casos los niveles de ácido úrico en sangre.
El paciente deberá beber 2 litros de líquidos diarios para evitar el exceso de ácido urico en orina y la consiguiente formación de cálculos.